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Mostrando las entradas de agosto, 2020

El águila (microrrelato)

El águila El banquero regio, de traje impecable. El caballero solitario, envidia de los que vuelan más bajo y se alimentan de carroña.  Hasta los aviones lo miran con zozobra y nostalgia escondida, ellos necesitan de las bestias poderosas y alas de hierro para ver la tierra desde semejantes alturas.  La mirada penetrante ve hasta lo más oculto de las entrañas.  Las garras no titubean en poner al más diestro a sus pies.  Sin desearlo, figura en las imágenes soberbias de múltiples rincones de la tierra. Ejemplo de los orgullosos e insaciables de poder, en la cúspide del reino terrenal, de los que con tanto aplomo caminan en dos patas pero vuelven a ver a los cielos para admirar el vuelo emblemático del que domina las alturas.  Nadie ha visto su cadáver, prefiere morir en solitario sin dejar que alguien presencie su mísero final.

El regalo (cuento corto, reflexión)

El regalo U n día el mundo abrió los ojos y se dio cuenta de que no tenía futuro. Se habían borrado las hojas de los calendarios de papel, se desaparecieron las fechas programadas en los sucedáneos de Google y Apple, se esfumaron las agendas apretadas llenas de viajes programados, conferencias, convenciones, seminarios y miles de reuniones.  El mundo al ver semejante fenómeno se había sorprendido al principio, pero de pronto cambió el tema de las conversaciones.  Dejaron de hablar sobre los planes grandiosos del futuro, de lo felices que iban a ser cuando lograran esto y cumplieran aquello, cuando tuvieran tanto y llegaran hasta tal meta. Dejaron de temer el calentamiento global o una pandemia mundial. Solo se dedicaron a vivir el presente de la manera más humana y fraternal posible. El presente es lo único que había.  La gente empezó a hablar sobre el pasado, las memorias, a preguntar a sus padres y abuelos sobre cómo había sido el mundo antes. Empezaron a leer los libros de historia.

El jardín (cuento corto)

El jardín  Ella sale al jardín. Su amado jardín, reflejo de su alma. Su escondite y rincón de escritura.  El jardinero no puede venir hoy. Ni hoy ni quién sabe hasta cuándo. El condominio ha restringido la entrada de servicio por el problema de la pandemia.  Al ver algunas hojas secas, otras dañadas o marchitas le empiezan a picar las manos por cortarlas, arrancar lo seco y marchito de su alma cansada y herida de paso. Comienza con cuidado, con pausa, disfrutando el proceso. Jugar con la tierra y las plantas siempre le ha agradado. Desde niña. Apenas siente la necesidad de calmar o acallar sus pensamientos, toma una tijera, unos guantes de jardín, un sombrero y se dirige a sudar la gota gorda bajo el despiadado sol tropical. Allí, al topar las excesivas perfecciones que suele dejar el jardinero, empieza una discusión imaginaria con él, ¿cómo se le ha ocurrido mutilar la pobre planta de aquella manera tan simétrica y perfecta? Trabaja con los brazos descubiertos. “Vale que me puse el so

Mis demonios (el poema, extracto de la novela "Mis demonios")

Mis demonios (El poema, extracto de la novela "El amor y otros demonios")   ¿Cómo se desnuda el alma? ¿Cómo se vive el sentimiento? ¿Cómo se descubre el misterio del ser yo? Dolor, pasión, amor. Sufrimiento eterno ante el yugo del sentimiento intruso. Las llamas que queman y la música que sana. Música de lo que vivo, música de lo que muero, música de lo que fui, música de lo que soy, música de lo que seré. Los demonios y los monstruos del pasado, los tormentos del presente, la incertidumbre y la esperanza del futuro. La esperanza que camina con tacones, con los labios rojos y cabeza en alto. Me llevo un sinfín de recuerdos conmigo, los llevo como una joroba a mis espaldas. Se sienten pesados a ratos, se sienten ajenos a ratos. A lo mejor no es la carga pesada,  a lo mejor es una jaula. Una jaula llena de aves. Las aves de colores de mis recuerdos. Mi pasado está lleno de colores. No es gris. No hay dragones allí. Han desaparecido los demonios. Solo quedan las aves de colores