Ir al contenido principal

La carta desde 2050 al 2020







La carta desde 2050 al 2020





2050
Hola, querida. 

Hace 30 años fui tú, la mujer hermosa y madura de 50 años. Ahora tengo 80. Han transcurrido 30 años pero pareciera que el 2020 habia sido ayer. La locura de la pandemia y las consecuencias que dejó. Tranquila, el mundo habìa vuelto a la normalidad. ¿Qué es la normalidad? La normalidad habia dejado de existir. Un cambio constantees es el nuevo sinónimo de la normalidad.

A tu edad apenas empezaba a sentir los signos de la edad. Las pequeñas arrugas, algo de flacidez. Aunque nada de menopausia, pero no tardaria en llegar. Recurdo lo mucho que me encantaba mi cuerpo. Aun delgado, tonificado y bien cuidado. Parecía tan importante. Aunque le daba la bienvenida a los cambios inminentes, tenía algo de miedo. No te preocupes. Vas a envejecer sí o sí. Las arrugas físicas no definen la belleza, la belleza es eterna y es interna. Nada sera capaz de apagar la luz que tienes dentro. 

No te preocupes de envejecer sola. La soledad es un término relativo. Seas luz en la vida de los demás, seas imán de cariño. Viva del amor. De esta forma siempre estarás rodeada de gente, respetada y acompañada. 

Seas independiente, nadie tiene obligación de hacerte feliz, es tu obligación propia. Busca cómo generar la felicidad interior. Aunque estés enferma, seas feliz, aunque estés sola, seas feliz, aunque te sientas cansada de vivir, seas feliz. La vida es un regalo. Disfrútalo en pleno y hasta el final. Este final no está en tus manos. Abraza cada año vivido como una bendición. 

Haz lo que te gusta y no lo que te genera más ingreso. Con cada año de vida vas a ocupar menos cosas materiales, menos ropa, menos zapatos, menos joyas, menos viajes. Pero nunca pierdas la ilusión de estrenar unos zapatos espectaculares. 

Mira la familia que has creado. Las personas maravillosas y únicas que salieron de ti, de tu esfuerzo, de tu cuidado, de tu dedicación. ¿Acaso no es suficiente? Mira otras cosas que has creado: tu escritura, tus diseños, tus amistades. Sigas creando, es lo único que va a permanecer cuando tú ya no estés acá. 

Con mucho amor.






Entradas más populares de este blog

De pánico a pez en el agua

                            De pánico a pez en el agua Un día la llama su amigo el Espiritual. —Tengo una misión especial para ti —dice. No le agradó el silencio que siguió, olía a desastre.  —Oh no. ¿Qué quieres? —pregunta Ella y arruga la cara en anticipación. Jamás diría NO a este amigo suyo. Haría lo que fuera por él. —Quiero que des una pequeña charla. —¿Charla? ¿Sobre qué? —Como llegaste a creer en Dios. —¿Mi historia? —Tu historia. —¿Que tal larga? —Unos quince minutos. Te pongo a practicar antes, no te preocupes. —Que no me preocupe. Estoy entrando al pánico. Tengo pánico a hablar en publico. Y no es un decir, es en serio.  —¿Entonces? —Lo haré, obviamente. No te puedo decir que NO. Decirte NO es como decirle NO a Dios mismo. —Bien. Estamos. Cuelgan. Ella empieza a bajar lentamente sobre la silla. Por poco se siente al suelo. Una ola de pánico empieza a subir lentamente desde su vientre hacia la garg...

Hoja en blanco

  Hoja en blanco Hoy en la mañana abrí mi computador, busqué la aplicación de escritura y puse una hoja en blanco para escribir este artículo. Toda la mañana, durante mi practica de yoga y luego una caminata por la jungla del caribe costarricense, estaba pensando de qué podría tratarse este articulo. Me fui a buscar mi inspiración en la naturaleza.  Estoy pasando unos días en Puerto Viejo, es un pueblito caribeño pintoresco, de playas de ensueño, comida con sabor a coco, mecedoras viejas sobre la arena, un pequeño mercadillo de chucherías de la zona y muchas rastas sin camisas. La propiedad donde me estoy quedando tiene una atracción escondida. Es un ceibo enorme. Cuando mi amigo me comentó que hay un ceibo “interesante” en proximidad de la casa, me dio curiosidad de verlo y abrasarlo, como está de moda ahora, a hacer la conexión con el alma de ser vivo escondido dentro del árbol, sentir su presencia, su energía, conectarme a travez de sus raices con la madre tierra y subir a ...

El agujero del tiempo

El agujero del tiempo El campo corre hasta donde alcanza mi vista.  Veo el horizonte escurridizo y me quedo sin aliento. La piel se me eriza y los pulmones se expanden al inhalar la infinidad de aire.  Veo a lo lejos el cielo chocar con la tierra.  Se me vienen mil memorias a la mente.  Las olas incansables de los siembros de trigo ahogan la vista. El cielo de color azul claro, como una acuarela desteñida. Las pocas nubes perdidas al igual que solitarios árboles. La calle interminable hipnotiza. Las imágenes cambian con tal velocidad que parecen una sola imagen estirada. La libertad surrealista me transporta en el tiempo. Corro en un vestido veraniego por el campo de trigo. Las espigas reventadas por los granos hinchados me golpean la piel descubierta, raspan como una lija con sus vellos ásperos. El sol está cayendo. Va a una unión inminente con el trigo. Me he quedado sin aliento pero no he avanzado nada. Sigo en el mismo lugar dentro de una burbuja. Estoy atrapa...