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Fe, Esperanza y Amor







FE, ESPERANZA Y AMOR.






Siento que soy de hule o algún material no existente. 
Fluido, volátil, líquido y moldeable. 
Pero muy resistente al mismo tiempo.
Estoy tratando de determinar qué me ha hecho así. 
¿Habré nacido así? 
¿Seré como el camaleón humano que va cambiando de forma con cada cambio de rumbo en lugar de poner la resistencia? 
¿Pero por qué no resisto a los cambios? 
¿Algún gen extraño de mi línea ancestral? 
¿Algún tatarabuelo vikingo? 
Que navegó los mares y los ríos nórdicos sin miedo ni pensar en el día siguiente. 
Descubrir. 
Explorar
Atreverse.
Eterno movimiento y cambio. 
Dormir cobijado por las estrellas. 
Sin miedos ni reparos.
¿O será el gen de un tártaro de los que dominaron la tierra rusa por 300 años?
Nomadas.
Inquietos. 
Crueles.
Cruzando a caballo las planicies interminables. 
Con viento en la cara y una aventura con cada amanecer. 
¿Qué es lo que me pasa? 
¿Por qué cuando el sentimiento mutuo común es uno, el mío por lo general es contrario?
¿Quizás mi historia familiar es la responsable? 
La siento tan presente. 
Sobre todo ahora que la estoy escribiendo. 
Estoy tratando de armar con mi letra tímida el rompecabezas complejo de mi historia.
La siento en mi piel, en mis entrañas.
¡Esta historia! 
La puedo oler, palpar. 
Los cuentos de la guerra, la postguerra y la vida en Rusia socialista. 
La historia fuerte y dramática pero siempre con el sabor a esperanza, fe y amor. 
ESPERANZA, FE Y AMOR.
Los nombres de mi abuela y sus dos hermanas.
Curiosa coincidencia.
¿O a lo mejor es mi propia historia que me ha hecho así?
¿Mi propia vida que me tocó de escribir?
Tan corta pero tan larga a la vez.
Tan solo 50 años.
Los eternos 50 años. 
Tantos cambios drásticos, tantas experiencias diferentes, algunos golpes. 
¿Miedo? 
No. 
Entre más empinada la cuesta, más aprieto los dientes. 
Se me confunden el miedo con la emoción. 
No sé cómo ver el mundo en colores grises. 
Mi mundo siempre tendrá los colores del arcoíris. 
Y los ojos de Dios.
Creo que he descubierto el secreto. 
Nunca he estado sola. 
Nunca me he sentido sola.
¿Qué he sentido en estos días extraños? 
Paz, confianza y esperanza. 
Fluir, flotar, cambiar de color como el camaleón. 
No tengo miedo de estar conmigo a solas. 
Yo me gusto. 
Soy feliz así. 
Soy feliz por que soy y estoy. 
No en relación a… 
o en comparación a…. 
o dependiendo de… 
Muy pronto esto se acabe.
Todos vamos a perder algo.
Y vamos a ganar algo. 
Mi intuición me dice que este algo que vamos a ganar va a ser más permanente y trascendental de lo perdido.
Por eso sonrío hoy. 
Si mañana me tocará remar contra la corriente… 
como a aquel vikingo… 
o cruzar un desierto a pie… lo haré.
¡Lo haré!
Con la ayuda de Dios.

Con la ESPERANZA, FE Y AMOR.





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